El sacramento del matrimonio es una gracia del Señor para los esposos, que uniéndose para siempre tendrán su asistencia durante toda la vida. Este sacramento tiene una altísima dignidad y es la bendición de Dios para los esposos que emprenden un nuevo camino juntos. La Iglesia como Madre y Maestra pide que los novios asuman con absoluta responsabilidad y conciencia este compromiso para toda la vida.También te contamos que nos es sólo una decisión personal de ambos novios, sino que toda la comunidad los acompaña con la oración y les desea lo mejor, en este nuevo camino que van a emprender.
Deben acercarse los novios a hablar personalmente con alguno de los sacerdotes de la parroquia, no corresponde que vengan los padres a pedir el matrimonio de sus hijos, o sólo venga uno de los futuros contrayentes.
Recuerden que pueden elegir cualquier templo parroquial para casarse, pero el Párroco propio del novio o de la novia deberá realizar el expediente matrimonial y autorizar el pase a otra parroquia.
Antes de comenzar los trámites averigua a que comunidad perteneces por tu domicilio y a cual la novia, en cualquiera de las dos parroquias pueden comenzar los trámites.
Para recibir el sacramento del matrimonio es necesario ser bautizado y aconsejable haber recibido la comunión y confirmación.
SOLICITA ESTA GUÍA EN LA SECRETARÍA DE CATEDRAL
(puedes ver las fechas y lugar de los cursillos prematrimoniales en el enlace).
1603 "La íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por el Creador y provista de leyes propias. [...] El mismo Dios [...] es el autor del matrimonio" (GS 48,1). El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. "La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar" (GS 47,1).